¿Qué es la Suspensión Activa?
La suspensión activa se compone de un sistema hidráulico o neumático, capaz de generar fuerzas para compensar el balanceo y el cabeceo del vehículo. Se encarga de controlar de forma independiente la amortiguación en cada una de las ruedas para conseguir el óptimo contacto con el suelo y mejorar la estabilidad junto a la adherencia del vehículo, independientemente del asfalto por el que se ruede. Un computador recoge los datos tomados por sensores distribuidos estratégicamente para poder enviar las señales adecuadas a los actuadores, y que éstos actúen de forma que se mantenga un nivel máximo de estabilidad.La suspensión activa encuadra todos los sistemas de seguridad y sus derivados, por ello se convierte en una gran mejora respecto a los sistemas de seguridad convencionales, gracias a los últimos avances.
La suspensión activa tiene en cuenta todos los sistemas necesarios para gestionar y controlar de manera independiente a los amortiguadores en cada una de las cuatro ruedas, consiguiendo un óptimo contacto con el suelo.
El primer vehículo al que se le instaló, fue al Citroën Xantia Activa aunque su sistema de suspensión activa se componía por dos cilindros hidráulicos que impedían el movimiento libre de la barra estabilizadora. La suspensión se activaba cuando el vehículo se inclinaba por encima de los 0,3 grados y no permitiendo que sobrepasasen los 0,5 grados de inclinación.
De esta manera se lograba un aumento de la adherencia en curva, de tal forma que se llegaba a alcanzar 1,2 G de aceleración lateral frente a los 0,9 G máximos que soportaba el Citroën Xantia normal.
Algunas marcas, tipo Audi, utilizan sistemas que trabajan de manera magnética: Pequeñas virutas metálicas alojadas en el interior de los amortiguadores hidráulicos cambian su orientación en función del campo magnético que les rodea. De esta manera, dependiendo de la fuerza de este campo magnético, los amortiguadores se endurecen o ablandan independientemente permitiendo a cada rueda mantener el máximo contacto sobre la carretera.
En la Fórmula 1 este sistema fue probado a principios de los 80, cuando el Ing. Collin Chapman la probó en uno de sus deportivos Lotus. Tenía la cualidad, a través de un sistema computacional interno, de controlar el movimiento vertical de las ruedas, modificando el comportamiento del auto según las condiciones de superficie a la que se vea enfrentado.
El debut de la Suspensión Activa en la Fórmula 1 lo realizó Lotus en el campeonato de 1987, logrando dos triunfos de Ayrton Senna, pero su consolidación llegó con Williams Renault en el año 1992, ellos se destacaron en el desarrollo de ésta tecnología, ganando 20 carreras y obteniendo 2 títulos mundiales (1992-1993), tanto de pilotos como de constructores. Su dominio fue tal, que la FIA (federación Internacional del Automóvil) decidió, en pos del espectáculo, suprimir el uso de estas suspensiones para el año 1994.
Desde ese momento no han vuelto a la máxima categoría del deporte motor.
El gran problema que encuentran estos sistemas de suspensión activa, es su elevado costo de fabricación, que encarece el precio final del vehículo, por ejemplo, el Dynamic Drive de BMW… donde según el propio fabricante alemán, el sistema de suspensión activa Dynamic Drive opcional “ofrece una precisión en la conducción hasta ahora desconocida. Incluso puede tomar las curvas a gran velocidad, garantizando una estabilidad y una comodidad óptimas al minimizar la inclinación de la carrocería mediante arcos antivuelco activos situados en los ejes delantero y trasero.
De todas formas, parte de su tecnología ha servido para que los técnicos optimicen el desarrollo de las suspensiones pasivas o convencionales, las que a raíz de su valor más acotado seguirán dominando el mercado a nivel de los usuarios de calle.
Conclusión
La principal ventaja de la suspensión activa frente a la suspensión pasiva es que la suspensión activa permite un control de cada rueda independientemente. Gracias a este control se consigue mayor adherencia del vehículo al terreno, con lo que se aumenta la seguridad en la conducción.
La principal desventaja de la suspensión activa es su elevado coste, principalmente para el control sobre altas frecuencias, cuya implementación resulta demasiado cara, por lo que es inviable en vehículos de serie.